viernes, 18 de noviembre de 2011

La guerre des boutons

La guerra de los botones (1962)

—¡Bueno, pues sí! —dijo—. Me dieron una buena soba. ¿Y qué? ¡Nadie se muere por eso, pues ya estoy aquí! Pero eso no quie decir que no tengamos una cuenta pendiente. Y nos la van a pagar como está mandao.





Una entrañable historia sobre chavales de escuelas rivales.
Tradicionalmente mantienen la guerra que da título al film, en que deben arrancar los botones de las chaquetas de los chicos del otro 'cole'. Se trata una alegoría de los enfrentamientos que acaban invadiendo la vida adulta, aquí narrados con magnífico sentido del humor, entre un puñado de grandes actores infantiles, en la deliciosa campiña francesa.









Real como la vida misma, aunque parezca mentira a la vista de cómo se divierten hoy en día la chiquillería. Nos hace revivir una época ya pasada, en la que la tecnología brillaba por su ausencia y la imaginación y la aventura, realmente vividas, eran todo. Aunque hay que disculparle ciertas deficiencias en imagen y sonido, aquí sí hemos ganado bastante, resulta entretenida y, a ratos, bastante divertida.








DIRECTOR: Yves Robert
GUIÓN: Yves Robert (Visto y no visto, El castillo de mi madre)
François Boyer ( Juegos prohibidos)
MÚSICA: José Berghmans
FOTOGRAFÍA:André Bac (B&W)
REPARTO: André Treton, Michel Isella, Martin Lartigue,
Jean Richard,Jacques Dufilho, Yvette Etiévant, Michel Galabru, Michèle Méritz, Pierre Tchernia

Novela: Louis Pergaud





—Pa que no nos joroben otra vez la ropa, no hay más que un método seguro, que es no llevarla. Así que propongo que luchemos en pelotas.
—¡Desnudos! —exclamó al mismo tiempo un buen número de camaradas, sorprendidos, estupefactos y hasta un poco asustados ante ese procedimiento expeditivo que quizá hería también su sentido del pudor.






Louis Pergaud
Quiso ser científico, pero sus aspiraciones se vieron truncadas como consecuencia de la muerte de su padre y el escaso nivel adquisitivo de su familia.
Trabajó como profesor suplente en Durnes y Landresse. Con posterioridad, ejerció de maestro rural. En 1908 publicó su primer libro de poemas, por el que le fue otorgado el Premio Goncourt. Será en 1912 cuando publique La guerra de los botones, obra de marcado carácter autobiográfico que narra en tono entrañable y desenfadado las aventuras derivadas de la rivalidad entre los chicos de dos pueblos franceses. Poco tiempo después apareció "Miraut, perro de caza", que al igual que su primera novela, se ambienta en el medio rural. La publicación de estas obras fue simultaneada con la redacción de artículos periodísticos, poemas, relatos y estudios de psicología animal.









Los derechos de autor se acaban de liberar al cumplirse los 100 años, por eso ahora aparece un remake. Esperaremos a ver si es digna sucesora de esta película de culto, que todo el que ha sido niño alguna vez debería ver.

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