Nadie tiene un buen nombre en una mala boca
Los Amberson están orgullosos de serlo, la mansión Amberson es la más ostentosa vivienda de Indianápolis. Cuando la bella y deseada Isabel Amberson se cree humillada públicamente, aunque de forma involuntaria y casi pueril por su pretendiente Eugene Morgan, lo abandona y se casa con el torpe Wilbur Minafer. Su único hijo, George, crecerá demasiado consentido y malcriado. Años más tarde, Eugene regresa a la ciudad después de haber prosperado en los negocios gracias a la industria del automóvil acompañado de su hija, Lucy, una muchacha dulce e inocente de quien se enamora el engreído George.
Fue la segunda película de Orson Welles después de Ciudadano Kane, de hecho repite con gran parte del reparto:
Agnes Morread- Fanny Amberson (Ciudadano Kane, Canción de cuna para un cadáver, embrujada serie de Tv)
Joseph Cotten- Eugene Morgan (Ciudadano Kane, La sombra de una duda, Duelo al sol, El tercer hombre, Sed de mal, Canción de cuna para un cadáver)
Tim Holt- George Minafer (Pasión de los fuertes, El tesoro de Sierra Madre)
Dolores Costello- Isabel Amberson (This is the Army, Braking the ice) Curiosidad: fué madrastra de Diana Barrymore abuela de Dew Barrymore
Anne Baxter- Lucy Morgan (El filo de la navaja, Eva al desnudo, Los Diez mandamientos)
Ray Collins- Jack Amberson (Ciudadano Kane, Sed de mal, Que el cielo la juzgue)
Ganadora del Premio Pulitzer de manos de (Booth Tarkington) en 1918 uno de los novelistas favoritos de Welles, esta novela narra dos trágicas historias de amor ligadas al declive de una aristocrática dinastía americana: Los magníficos Amberson.
Sobre la decadencia y caída de una familia aristocrática provocada por la revolución industrial. Welles ya había presentado una versión radiofónica de la novela en 1939, protagonizada por él mismo y Walter Huston (El virginiano, El tesoro de Sierra Madre).
Con una extraordinaria fuerza dramática, con primeros planos de rostros muy expresivos, el film El cuarto mandamiento, filmado en 1942 por Orson Welles ( 1915-1985) uno de los más grandes directores de todos los tiempos es una excelente muestra de una aristocracia en fase decadente, una burguesía que busca su propio espacio y de las vicisitudes de una pareja que no pudo ser…
Welles escribió el guión en nueve días, eliminando gran parte de sentimentalismo Tarkington, y con un recuerdo proustiano ,pequeños detalles unidos a los recuerdos grandes ,de una vida de gentileza que ya pasó (ya lo cantaba Roberto Carlos en su canción), se concentró en la oscuridad psicológica que destruyó el clan Amberson.
La película se centra en el amor desafortunado entre el caballero carruaje sin caballos fabricante Eugene Morgan y la matriarca Amberson exquisitamente bella, Isabel, la reacción de su hijo George Minafer echado a perder, y el destino de solterona neurótica tía Fanny Minafer.
La versión completa de Welles duraba 148 minutos que se redujeron a 131 "masacrada" por la RKO
Sin embargo lo que queda es una película exuberante combinación única de talento como director de Welles , una "serena belleza." Como lo describiría Jean Cocteau .
El principio de la película ofrece una imagen de una época pasada (en la que cualquier tiempo fue mejor) con su buen humor y virtudes hogareñas, después de que Welles lenta y deliberadamente desenmascara las imperfecciones del cuarto mandamiento, recordemos las obligadas clases de religión (honrarás a tu padre y a tu madre).
El uso dramático de la luz y la sombra en la fotografía de Stanley Cortez da si cabe más profundidad de enfoque a la vez que acentúa y aumenta los conflictos de los personajes.
Geniales los créditos finales donde presentan al elenco de actores como si de una obra de teatro se tratase. ( Siempre me ha dado rabia eso, nombres sin caras).
Si Eugene Morgan hubiera cantado esto a la bella Isabel , en vez de tropezarse y hacer el ridículo………
Amante a la Antigua
Yo soy de esos amantes a la antigua
que suelen todavía mandar flores
de aquellos que en el pecho aun abrigan
recuerdos de románticos amores
Yo soy aquel amante apasionado
que aun usa fantasía en sus romances
me gusta contemplar la madrugada
soñando entre los brazos de su amada
yo simplemente soy de esa clase
que ya no es muy común en nuestros días
las cartas de amor, el beso en la mano
muchas manchas de carmín
entre las sombras del jardin.
Voy vestido igual que cualquiera
y vivo con la vida de hoy
pero es cierto que con frecuencia
sufro por amor y a veces lloro por la ausencia
porque soy de esos amantes a la antigua
que suelen todavía mandar flores
aunque yo sigo en este mundo
con sus modas y modismos
el amor es para mi siempre lo mismo
el amor es para mi siempre lo mismo
siempre lo mismo
siempre lo mismo
Roberto Carlos
Os la recomiendo para una tarde fría y lluviosa, tumbados en el sofá con una manta de cuadros y un bol de palomitas.
Me han entrado unas ganas de verla... Orson Welles es uno de mis directores favoritos. Cada vez escribes mejor Belán. Creo que has encontrado tu auténtica vocación!
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